Es un árbol que crece recto y alto, alcanzando los 35 m de altura, con carácter excepcional llega a los 43 m de altura, con un tronco de hasta 1 m de diámetro; pero puede desarrollar un tronco de hasta 2 m de diámetro. Tiene ramas cada vez más sólidas en ángulo recto a la raíz, formando un estrecho remate de cabeza redonda. Sus grandes hojas alcanzan de 12 a 22 cm por término medio, distintas de las del roble europeo por 4 a 5 lóbulos angulares extremo más o menos espinosos. En otoño, las hojas tornan de color rojo y permanecen en el árbol hasta bien entrado el invierno. Florece en primavera (abril-mayo) en los brotes jóvenes del año.
Las flores femeninas, están agrupadas en pares, son pequeñas (2 mm), ovoides, de color rojo y pedunculadas. Los frutos son bellotas de color rojo-marrón de unos 2 cm, cúpula muy amplia y plana con escamas que cubren solo la base de la glándula . Maduran en el árbol durante dos años para llegar a la madurez.
HÁBITAT. Crece rápidamente y es tolerante a los suelos de muchas y variadas situaciones, aunque prefiere la deriva glacial y bien drenado, en las cercanías de los arroyos.
BENEFICIOS. La madera es de color marrón rojizo pálido, albura más oscura, pesada, dura, fuerte, de grano grueso. Hay que controlarla en el secado, pero cuando se trata con cuidado puede ser utilizada con éxito para el mobiliario. También se utiliza en la construcción y acabado de interiores de casas. La corteza astringente y rica en tanino del árbol del roble se ha recomendado para condiciones tan diversas como hemorragia interna, diarrea, disentería, cáncer y neumonía.