
Es una planta que puede llegar a tener entre 2 y 5 metros de altura siempre y cuando las condiciones sean favorables y sus cuidados también. Sus hojas son bastante delgadas pero con textura rígida. Miden entre 40 y 70 cm de largo y salen de una rosa totalmente simétrica, bastante densa que se encuentra en el extremo superior del tronco erecto. Este tronco está ramificado de una forma extraña, aportando un toque exótico. Las hojas son de tipo perenne, por lo que se van renovando siempre.
Cuando las hojas se van quedando secas, se tornan de color gris suave y se colocan sobre el tronco. La floración tiene lugar a finales de primavera y son de color blanco. Se disponen en grandes racimos de flores y embellecen aún más a la planta. Como esta planta procede de los desiertos, tiene una capacidad para asimilar y almacenar agua parecida a la de los cactus. Casi todas las yucas son capaces de retener el agua de forma similar.
HÁBITAT. El clima que necesita debe ser cálido y seco. Soporta algunas heladas, sobre todo si son secas. Por ello, no debemos preocuparnos demasiado por las condiciones ambientales porque es una planta bastante rústica que no necesita de muchos cuidados. No es nada exigente con el suelo. Puede perfectamente crecer en suelos pobre con poca materia orgánica, sin apenas humedad. También se desarrolla en suelos calizos y rocosos. El único requisito indispensable que tiene esta planta es que el suelo debe estar bien drenado.